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viernes, 15 de marzo de 2019

El juego final y el juego bonito


En anteriores artículos comentaba si valía la pena tratar de atesorar todo el tablero, de manera que quedara lo máximo posible blanco o negro. De nuevo, por lo que he visto, algunos jugadores tratan de hacerlo. Como ya comenté, unas veces te lo harán a ti, y otras veces conseguirás hacerlo tu. Es un juego y a veces se pierde. Hasta el Real Madrid a veces pierde partidos... las derrotas forman parte del juego y en el entorno de máximo respeto en el que se desarrolla un torneo, no veo inconveniente a tratar de jugar como te plazca. 

A raíz de esto mismo existen otras muchas posibilidades. Una vez viendo una partida en directo, un jugador me reconoció que su objetivo era ganar sin ninguna esquina. Es realmente complicado, pero ese era su reto. Eso le implicaba que estuviera pensando durante más rato. A veces, tenemos también la partida ganada pero queremos pensar sobre como podemos sumar más. En todos esos casos, debemos estar concentrados, pues el mínimo error echaría por tierra una hipotética victoria. 

Cuando Neymar jugaba en el Barça, hubo un debate parecido en el fútbol. Neymar hacía sombreritos y cosas raras con la pelota, regates bonitos y arriesgados, y a la gente le gustaba. Sin embargo a algunos rivales les parecía una falta de respeto, ya que lo hacía especialmente cuando el Barça iba ganando por ejemplo 4 a 0. Creo que como mejor ejemplo, debo comentar el penalti que el Barça marcó a pase de Messi. Éste en vez de chutar, pasó el balón adelante y remató otro jugador. Se habló también de falta de respeto, pero yo no lo creo. La idea era que el Barça iba ganando por varios goles de diferencia, y que con un marcador más ajustado, no se habrían atrevido a hacerlo. En el othello (o ajedrez) sucede lo mismo. Puedes "vacilar" al rival haciendo cosas que no harías si la partida estuviera más igualada. Incluso puedes jugar de distinta manera si ya estás clasificado para la siguiente ronda: forma parte de la personalidad u honorabilidad de cada jugador decidir hacer estas cosas. Lo que no deberíamos jamás permitir, es abandonar el juego por encontrarnos con jugadores así.

De todas formas mi respuesta es la misma: si no quieres que el Barça te haga cosas que tu consideras faltas de respeto, no permitas que te metan 4 goles. Si en el othello no te gusta que un rival te gane por 64-0, trata de hacer más autoanálisis, concéntrate, juega duro y no lo permitas. Aperturas como la Comp'Oth me atrevería a decir que te garantizan que no te ganen por goleada. Hay ciertos movimientos o patrones generales que aunque pueden hacer que pierdas la partida, sería muy complicado que nos ganen por tanta diferencia. Si además consigues levantarle una partida a alguien así, puedes sentirte tentado de reírte o de recordarle su jugarreta: No lo hagas. Tú no eres como él. No debes rebajarte al nivel de la gente que utiliza el othello como arma provocativa. Es un juego japonés, y como tal la honorabilidad no es cuestionable, ni la rendición es una opción.

La mayoría de veces que nos terminan sacando 50 discos, deviene de una mala apertura. Ese rival nos juega una apertura estudiada o el punto débil perfecto de la nuestra, y nos destroza. Otras muchas veces es debido a que lo tenemos todo perdido, y jugamos sin concentración el juego final, por lo que 40 discos en contra pueden convertirse en 50. Es a veces frustrante y reconozco que muy difícil cuando vas muy detrás, ser capaz de seguir jugando bien, pero no deja tampoco de ser otro interesante reto a tener en cuenta.

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