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viernes, 21 de diciembre de 2018

El Swing y los jugadores delgados

Foto: Othello News

Recuerdo con cariño aquel artículo de Ben donde afirmaba que los jugadores buenos eran especialmente delgados. Achacaba su bajo nivel de juego, (aunque, dado su nivel general hablar de bajo nivel para referirse a su juego parece cuanto menos una frivolidad) al hecho de que había ganado peso, y con ello perdido calidad. ¿Hay alguna relación fiable realmente? ¿se podría estudiar? Como suele suceder en este caso, no hay estudios al respecto, pero sí que podemos sacar ciertas conclusiones a modo de causalidad. Casi siempre, los estudiantes más brillantes o la gente muy inteligente, acostumbra también a ser gente muy delgada.

En un juego tan psicológico como el othello, no han sido pocos los jugadores que han intentado justificar su juego en base a patrones de comportamiento o aspectos psicológicos. Creo que todo es más sencillo de lo que parece, y no creo que ser más delgado te convierta en mejor jugador, aunque no es menos cierto que no conozco a ningún jugador de othello obeso, pero tampoco conozco a grandes estudiantes con sobrepeso. Lo cierto es que la ansiedad nos puede empujar a comer, y un nivel demasiado elevado de la misma nos va a perjudicar en otras áreas. Extrapolarlo al extremo en el othello me parece algo demasiado fuera de lugar como para tomarlo en consideración. Pero sí es cierto que si un juego penaliza la ansiedad, ese es el othello. Querer atesorar muchos discos pronto juega en nuestra contra, igual que juega en nuestra contra querer comer demasiado. Freud tenía parte de razón cuando se podía deducir de su teoría que las frustraciones internas se compensaban con las satisfacciones de las necesidades más básicas (sexo y alimentación) y a falta de lo primero, lo segundo en la sociedad actual es muy fácil sobrecompensarlo.

A nivel personal mi mayor nivel de juego lo he dado cuando estaba en torno a 59kgs de peso, mientras que cuando he alcanzado mi máximo de unos 64kgs lo hacía por alguna razón bastante peor. El Campeonato de España lo gano con un peso de unos 61kgs, algo más bajo también de mi máximo. Por esa razón no he podido evitar pasar por alto este asunto. Seeley también ha empeorado al ganar peso, y como él he conocido a otros grandes jugadores. He leído artículos que profundizan más en este tema argumentando que cuando estamos por encima de nuestro peso habitual solemos tener digestiones más pesadas a las usuales, ponderando más sangre al estómago y con menos disponibilidad de oxígeno al cerebro, y que eso a la vez repercute en una mayor ansia por beber, con la contrapartida de tener que miccionar más a menudo. Todo ello potencia que la toma de decisiones pueda ser incorrecta en un juego donde se asemeja al fútbol en el sentido de tomar decisiones en décimas de segundo que podrían ser correctas o incorrectas. No es casualidad que todos los deportistas de élite controlen lo que comen. A esos niveles además, la habilidad es también muy mental.

Por otro lado, un estudio realizado por Andrew Burgess, afirma que el sistema de hiraganas ayuda potencialmente a la cultura japonesa a desarollar y proveer poderosos jugadores de othello o de shogi. La razón es que ese sistema permite ahorrar al cerebro ciertas áreas funcionales, con lo cual dichas personas pueden ser mucho mejores jugadores al poder aprovechar mejor su cerebro en la abstracción del juego. Parecido criterio siguen estudios en relación con el asperger, que postulan que una carencia de habilidades sociales implica un potenciamiento en este tipo de juegos debido a una ausencia neuronal en otras áreas, árdua y sobradamente compensadas en la faceta estratégica de este tipo de juegos. 

Aunque dichos argumentos tienen cierto sentido, sigo siendo algo escéptico al respecto. Es cierto que años de análisis y estudio en el othello puede hacer menguar hasta cierto punto tus habilidades sociales, pero también lo pueden hacer un trabajo estresante, como por ejemplo ser broker de bolsa, o estudiar una dura y larga oposición. Lo cierto es que hay jugadores de othello tan amables como talentosos, y aunque es verdad que muchos de ellos son introvertidos, no veo una relación causal tan clara entre afirmaciones tan atrevidas e imprecisas. 

En conclusión: muchos jugadores tienden a justificar sus fracasos en momentos puntuales en su vida, como una mala experiencia laboral o sentimental, y aunque es cierto que ello puede influir, creo que no debe ser clave. Para mi lo fundamental es respetar a todos los rivales por igual, y tener un estilo de juego marcado y definido que no dependa de pequeños factores ajenos. A menudo las derrotas se justifican en la sencilla explicación de que no tenemos tiempo material para estudiar el juego, y no hay que buscarle tres pies al gato.

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