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viernes, 27 de abril de 2018

Distribuir el tiempo - Capítulo 6

Estrategia de reparto equitativo de tiempo


Los jugadores que sigan dicha estrategia, deben tener claras las distintas fases del juego. Si conocemos la apertura, necesitaremos evidentemente menos tiempo al principio para realizar las acciones del juego inicial. Si nuestro rival nos intenta despistar, necesitaremos más tiempo. Lo lógico suele ser de 25 minutos dedicar 5 minutos a la apertura, 10 más al juego medio y 10 más al juego final, aunque el reparto óptimo dependerá en gran medida de la habilidad y personalidad del jugador. 

Por lo que respecta a la apertura, algunos jugadores pueden a propósito buscar variaciones iniciales relativamente complejas o poco usuales. Su objetivo no es otro que forzarnos a jugar rápido y por tanto equivocarnos si somos jugadores que al principio reservan pocos minutos para la apertura. Esta estrategia rival puede inmediatamente hacernos cambiar de planes, por lo que a mi no me gusta seguirla porque estás un poco a merced de que el rival intente distraerte. 

En el juego medio muchos jugadores también dedican poco tiempo dado que se dedican a hacer movimientos silenciosos y poco más. Sin embargo sí creo que es una parte del juego donde se requiere más tiempo y atención. En el juego final, no nos va a dar tiempo de contar ni en 30 minutos. Por eso mi teoría no va tan enfocada al juego final sino al juego medio. Pero aquí está la clave: el juego medio puede quizá devenir antes del movimiento 10 si el jugador rival ha hecho cosas lo suficientemente raras. Por lo que al final aunque utilicemos esta estrategia, deberíamos tener la flexibilidad suficiente como para poder cambiarla a demanda de cada juego, lo cual en principio no me convence. 

Por último algunos jugadores se reservan 15 o más minutos para el juego final. Muchos intentamos contar, incluso aunque teóricamente no podamos o no nos de tiempo. Estamos en nuestro derecho y lucharemos con todas las armas para ganar. En cualquier caso el tiempo límite opera, y tarde o temprano tendremos que empezar a mover al azar si se nos acaba el tiempo. A algunos jugadores, se les cae la bandera y directamente pierden. Es posible que piensen que no les importa perder por tiempo, si el jugador rival ha jugado lo suficientemente bien como para comprometerles. A mi eso no me gusta, ya que siempre te va a quedar la duda sobre si podrías haber ganado jugando una secuencia aleatoria. Creo que es más interesante perder luchando hasta el final, pero cada uno es libre de jugar como le plazca.

miércoles, 25 de abril de 2018

La obsesión y el othello - Parte III


Parte II: "Psicológicamente, (e incluso psiquiátricamente), está demostrado que el cerebro no puede soportar demasiado estrés durante demasiado tiempo. Termina por colapsar. Estrés, depresión, insomnio o psicosis, son, (de menos a más) los síntomas más negativos de un cerebro que busca a la desesperada una salida a esa situación. No es casualidad pues, que en la antigua tortura china, los ejecutados se desmayaban y perdían el conocimiento, cuando el cerebro no podía soportar más tensión. En la vieja tortura española de la bella durmiente, (torturar a un preso sin dejarle dormir durante días) la muerte se producía por suicidio del reo al no poder soportar esa situación. Estudios demuestran que ese tipo de torturas mentales eran las más dolorosas con diferencias, superiores a cualquier otra cosa física que nos podamos imaginar. Es importante tener esto en cuenta, porque nos ayuda a hacernos una idea de como el cerebro trata de escapar de determinada situación, incluso aunque no nos demos cuenta de ello. El papel que juegan los fármacos hoy en día, maquillan pero no solucionan el problema, la obsesión por el othello no es buena, la obsesión en general, no es algo de lo que alguien deba enorgullecerse. Otro apunte: jugadores obsesionados son candidatos a ponerse extremadamente nerviosos en un evento presencial, motivo por el cualo directamente no participan. Les frutra demasiado ver que su nivel baja en una partida en vivo, no lo comprenden y directamente la contradicción se apodera de su inconsciente: por un lado juegan y juegan más y más partidas online, pero por otro no sienten un especial interés por hacerlo en vivo. Esto es negativo para el othello en general."

Entonces, ¿cómo sabemos si somos víctimas de una obsesión? de nuevo, en base a mi experiencia personal y al concepto del tiempo, creo que podemos hacernos una idea. Jugar un día quizá 16 horas seguidas desde luego, no es malo. Jugar 2 días 16 horas seguidas, tampoco. Jugar 4 días seguidos 16 horas, empieza a ser un problema. Por otro lado, jugar un poco rato al othello al día, desde luego no debe ser un problema. La mayoría de la gente lo hace y no tienen mayor inconveniente. Aquí me he fijado en lo que considero una mayoría de gente sana (quizá el 70-90% de la población de sites web de internet) comparando conductas de estas personas respecto de aquellas que en cambio pasan mayor tiempo conectados. No es sorprendente pues, comportamientos más apáticos e inlucos irrespetuosos de personas que pasan mayor tiempo seguido a diario jugando, hasta el caso de jugadores que me han confesado su psicosis pero que por otro lado son incapaces de renunciar a sus más de 8 horas diarias de othello. Aquí evidentemente comprenderá el lector que no voy a revelar nicks ni nombres personales. 

Yo pongo la cota en las 3 horas diarias. ¿Significa esto que si jugamos 3 horas al día y 10 minutos estamos en riesgo? Claro que no, de ahí la dificultad de medirlo realmente. Incluso creo que la obsesión en el othello juega 3 papeles fundamentales, pero no solo la obsesión del othello sino una obsesión en general. A falta de leer más bibliografía al respecto, me atrevo a afirmar: 1- La obsesión se mide en función de las horas netas (o con el 100% de conciencia de aplicación) empleadas en dicha actitud obsesiva, 2- La obsesión se mide por las horas brutas que dedicamos a la obsesión, es decir, en los ratos, minutos u horas que pasamos durante el día pensando en dicha obsesión sin efectivamente ejecutar la conducta material, y 3- La obsesión se mide también por el conjunto de otros quehaceres, hobbies, habilidades, trabajo o recreos que llevemos a cabo durante el día. Voy a poner varios ejemplos.


Un ejemplo que siempre me viene muy bien en estos casos es el de los casinos, más aun hoy en día que podemos apostar en cualquier página web. Las casas de apuestas, conocedoras de la debilidad de muchos jugadores, en un anuncio de una conocida casa de apuestas, sale un jugador apostando...¡en el trabajo! el eslógan es: "desde cualquier sitio...". Este anuncio me va perfecto para ilustrar de alguna manera lo que trato de explicar en este artículo, no es casualidad pues que los publicistas son muchas veces grandes psicólogos y conocedores de los puntos débiles de sus potenciales clientes. 

1- Un jugador que esté enganchado a la ludopatía o a las apuestas online, seguramente dedicará muchas horas al día a ello. Esas serían sus horas netas. 2- Un jugador ludópata estará pensando durante otros momentos del día, en qué apostar aunque en dicho momento no pueda hacerlo. En casos extremos, como en el anuncio, apostará en el trabajo a través del teléfono móvil sin que su jefe lo detecte, o se irá al lavabo a hacer una apuesta sin que nadie lo vea, en el othello podría irse al baño a jugar una partida rápida. Son las horas brutas en las que no está efectivamente jugando o apostando, pero que está pensando en ello. Y 3- Un ludópata por lo general no tiene aficiones diferenciables respecto de su hábito. Es habitual que alguien esté enganchado al bingo, al poker o al blackjack simultáneamente, pero no que también esté por ejemplo enganchado al ciclismo o al othello. Es decir: si únicamente tenemos un hobbi o afición: el othello, tenemos más papeletas para obsesionarnos con el othello. Lo cual no quiere decir que el tener muchas aficiones nos hace inmunes, pero es lógicamente más difícil estar obsesionado durante todo el día en una misma cosa si por definición lo que nos obsesiona no es una misma cosa. En un caso extremo yo creo que se llega a cierto equilibrio, pero no hay estudios reveladores al respecto. Yo creo que estar obsesionado con varias cosas a la vez, hace al final como una especie de compensación de equilibrio y que suaviza más las obsesiones compensándolas con otras distintas.

Aquí creo que lo más importante es ser conscientes del siguiente razonamiento: 1- Jugar muchas horas a un juego puede implicar que afecte en las horas brutas, 2- Jugar muchas horas a un juego hará que pensemos involuntariamente en él. Yo sigo insistiendo con el límite de las 3 horas. El cerebro, a parte de dormir, sigo pensando que no puede estar activo durante todo el día al 100%, de ahí que tengamos que hacer actividades relajadas. Jugar al othello lo es, pero debemos controlar realmente qué efectos nos produce. 

Lo más importante es el rato que estamos pensando en el othello y no estamos efectivamente jugando. Si por ejemplo jugamos 2 horas al día pero no estamos pensando constantemente en que llegue ese momento para poder jugar, vamos bien. Yo comprendí de la importancia de las horas brutas o muertas cuando debía esperar en Playok hasta 3 horas para jugar. Cuando abría a limitación de 1500, estaba 3 horas en las que efectivamente no estaba jugando. Pero me obsesionaba porque sí estaba esperando. Aunque hacía otras cosas mientras esperaba, inconscientemente estaba pendiente de esperar en esa partida. Por tanto, no solo debemos tener en cuenta las horas que jugamos, sino el rato que dedicamos sin estar al 100%. Plataformas como eOthello u Othello quest reducen los tiempos de espera 0 en muchos casos, de ahí uno de sus aspectos más positivos.

Supongo que psicológicamente todo esto tendrá un nombre más técnico. En mi caso también me gusta el fútbol y jugar a videojuegos. Es evidente que cuando lo hago ni me acuerdo del othello. Si me acordara, podría tener un problema. Tener otras aficiones, ayuda a que no nos obsesionemos tanto, pero como en la vida, las aficiones que tengamos es algo muy personal y no a todas las personas les apetece iniciar nuevas actividades o aprender a hacer otras cosas, algo que sin duda destaco como clave para no obsesionarse especialmente con el othello.

viernes, 6 de abril de 2018

Memoria selectiva

Te acuerdas de cuando pierdes

Foto: Lifeder

No de cuando ganas. El clásico ejemplo aquí es cuando estamos jugando al póker o a cualquier juego de azar. Tendemos a recordar de forma más precisa o clara las malas experiencias o malos resultados. Está probado científicamente que suele suceder a todo el mundo por igual. Una explicación precisamente científica es la idea de que el instinto conservador nos lleva a acordarnos de estas experiencias quizá tratando de evitar lo que ya muchos conocemos como "tropezar dos veces con la misma piedra".

En el othello, como quizá sucede en otros juegos técnicos, es imprecindible jugar lo más imparcial posible. Debemos evitar ponernos nerviosos o condicionar nuestro juego a una situación pasada. No significa que no podamos ser buenos jugadores si dejamos que todas estas cuestiones nos afecten, pero desde luego será más complicado centrarnos en el juego. 

Precisamente quizá decisiones incorrectas en pasadas partidas nos afecten, decisiones que tal vez nos hayan hecho perder un juego importante y eso lastra nuestra forma de jugar. Un claro ejemplo es cuando en Reversiwars te proponen ocultar el nivel del rival para que así no te dejes influenciar por el mismo. Si hemos perdido muchas veces contra un rival, tendemos a pensar que la próxima también sucederá, pero realmente no tiene por qué. 

Jugando a 1 minuto se soluciona al menos parcialmente este problema. Al jugar masivamente tantas partidas seguidas de 1 minuto, tendemos a ignorar las derrotas y por tanto nos olvidamos de los errores que hemos cometido (si es que acaso nos importa o lo analizamos). De hecho, es imposible analizar al menos momentáneamente los juegos a 1 minuto si los jugamos en tandas de varios juegos a la vez. Esto hace que podamos desarrollar al 100% nuestro juego sin importarnos el análisis. Evidentemente, en el equilibrio está la cuestión, y mucho juego sin análisis tampoco funciona a largo plazo para mejorar. La idea es analizar las partidas sin que dichos errores o derrotas nos afecten, pero siendo capaces de valorar por qué hemos cometido cada error. En la respuesta no debería estar: "es que perdí una partida por jugar así...". Evidentemente me refiero a errores muy concretos, en ciertos aspectos del juego final. El poco tiempo que nos puede quedar para terminar un juego muchas veces hace que salga a relucir nuestro instinto, y en ese instinto insconsciente de pretender mover 10 veces en siete segundos, podemos tender a mover tildados por partidas pasadas.

El uso de computadores para jugar contra ellos ha propiciado que podamos potenciar esta faceta, pues jugaremos contra la máquina sin estar condicionados por su nivel, (ya que a priorio ya lo conoceremos). Sí es cierto que muchas jugadas en el othello se suelen parecer a otras que hemos visto o jugado, pero no por ello significa que deban ser correctas en la partida que estemos jugando.  El instinto conservador en el juego final que hace que cambiemos jugadas que en principio creíamos correctas, es otro ejemplo de sesgo psicológico, aunque de ello hablaré en otro capítulo. Por hoy creo que es interesante tener presente que si dejamos que las derrotas condicionen nuestro juego, nos haremos un flaco favor a nosotros mismos como jugadores de othello, y tal vez será cuestión de tiempo que terminemos por cansarnos del juego y dejar de jugarlo. Las derrotas van a seguir sucediendo y forman parte del juego, y saber encajarlas debería ser una parte fundamental (sino la más importante) sobre la que un jugador debería aprender a dominar. Si bien creo que puede ser beneficioso recordar nuestras victorias y éxitos, dejarnos lastrar por las derrotas, sin duda nos impedirá disfrutar al 100% del juego.