Páginas

miércoles, 1 de agosto de 2018

¿Esto sería hacer trampas?

Me comentan, (y de hecho he visto) que algunos jugadores aprovechan el tiempo entre partida de othello, para mirar qué aperturas van a jugar sus futuros rivales. La idea es, a segundos antes de empezar el duelo, visualizar con el programa qué movimientos son correctos, conociendo la apertura que te va a jugar tu rival, básicamente porque es lo que está haciendo en el torneo en curso. De hecho alguna vez me ha pasado en Eothello que al analizar un juego, justo estaba jugando esa misma apertura con otro rival, y dada la naturaleza de la página donde una partida dura días, me tenía que cortar y dejar de analizar una partida ya terminada, porque el hacerlo me revelaría movimientos de otra partida en curso con esa misma apertura, lo cual en efecto sería hacer trampas. (De ahí que Eothello se configure como un sitio donde jugar aperturas xot).  Este ejemplo no sería muy diferente de lo que podría suceder en un torneo. Todos asumimos como natural que en nuestra casa somos libres de hacer lo que queramos... ¿pero deberíamos serlo ya en el torneo? ¿no deberíamos cortarnos un poco?

Esto pone de manifiesto que se deberían de prohibir dispositivos electrónicos en torneos, más allá de posibles contraargumentaciones como: "no todos lo hacen", o "cambia la apertura y punto", ó "tú también puedes hacerlo". Todas estas justificaciones no me convencen, y aunque creo que prohibir usar estos dispositivos sería demasiado tajante, (al final comentaré el por qué) no veo otra posible solución. 

Si resulta evidente que mirar el teléfono móvil con el programa mientras estás jugando es hacer trampas, ¿acaso no es tan diferente mirar el programa segundos antes de jugar contra ti? Esto lo he visto. Termina un juego y los jugadores van a analizar la partida, ansiosos por ver los fallos. Quizá un buen conocimiento del othello y del respeto en los torneos implicaría un poco de autocontrol por parte de los jugadores para que no fueran hambrientos de ansiedad a mirar el juego. Al fin y al cabo, lo podrán mirar al día siguiente. ¿Qué es esperar apenas 25 horas (o menos) para echar un vistazo a la partida cuando muchas veces han tenido que esperar días o semanas un resultado importante en su vidas? Como por ejemplo, un examen o unos resultados médicos. Me parece por tanto, de una inmadurez interesante este tipo de actitudes en torneo. En ciertos casos, implican cierta falta de respeto hacia los demás jugadores. Se pierde conversación, ganas de sociabilizar y la imagen negativa y peyorativa que se proyecta al exterior de "frikis" cobra más fuerza si cabe. 

Los límites deben ser estudiar a tu rival si quieres el día antes, pero el mismo día del torneo, me parece rizar demasiado el rizo. Se supone que tu por ejemplo estás jugando un torneo, y te va a tocar por ejemplo contra Marc Tastet. Justo antes de empezar la partida, echas un vistazo a los juegos de Marc para ver qué aperturas ha jugado, entonces te vas al lavabo o directamente aprovechas el tiempo que se tarda en iniciar el juego, para mirar con el teléfono móvil los primeros 3 o 4 movimientos de la secuencia que crees que va a jugar Marc. Aquí la mayoría de jugadores me argumentarán que en efecto, Marc deberá cambiar la apertura para que el friki de turno no te la analice segundos antes... pero, ¿y si no quiere hacerlo? ¿Acaso no tienes tú más ventajas por empezar un juego tarde? Un torneo riguroso de verdad, implicaría que a una hora fija, uno de los dos jugadores puede pulsar el reloj a la hora que toca el inicio de la partida, y si el rival no está delante, debería ser su problema (salvo como siempre, casos de fuerza mayor).

Esta es otra de las consecuencias de jugar torneos con poca gente, que ya sabes seguro con quién vas a jugar, y quizá debería incluso evitarse hacer pública la lista de nombres antes del evento. A mi me ha llamado siempre la atención la velocidad con la que van a analizar el juego justo después de jugarlo, y no me parece del todo mal que se haga. Pero analizar a tus rivales en el mismo torneo me parece demasiado. Pero si prohibimos los teléfonos móviles, es posible que no jugara nadie. Los jugadores argumentarían que necesitarían hacer una llamada, o utilizar el teléfono para según qué cosas personales y el control sería imposible dado que no podemos ver qué está haciendo alguien con su teléfono móvil, igual que como sucede muchas veces cuando transcriben en Eothello, o igual que le sucedió a Seeley en la hora 5:16:30 del vídeo que adjunto aquí al final. 



La norma debe ser estricta, y nada impide a los jugadores analizar las partidas al día siguiente. Los teléfonos deberían estar apagados y cualquier gestión personal debería quedar supeditada a pedir expresamente autorización al director del torneo, que supervisará su uso. Mientras la comunidad de othello no corrija estos pequeños defectos, no podremos crecer, porque muchas cosas de las que se hagan estarán en sospecha. ¿Cómo sabemos si el jugador antes de recibir la llamada o el mensaje no manda la señal rascándose la nariz o tocándose el brazo? todo esto se evitaría con una sencilla norma, y de paso todo sería mucho más limpio. Fair play, pero con normas, sin normas, no es más que una dictadura, un cortijo hecho a medida de unos pocos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario