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viernes, 18 de agosto de 2017

Por qué no me gusta el ajedrez

Parte I - "El juego infinito al que nunca se gana"

Así califico a nivel personal el ajedrez. Un juego que para mi carece de interés, en el que hay un concepto de infinidad que no me gusta. En muchos torneos el tiempo es añadido, (eso no sucede así en el othello, que es más lógico y puedes controlarlo mejor) en el ajedrez una partida puede durar demasiado si ambos jugadores no saben jugar.  Además, es el único juego en mi vida al que no he ganado ni una partida, como mucho he empatado con mi sobrino de 8 años. 


Recuerdo una vez en la que enseñé a jugar a un compañero de instituto. Le expliqué como se movían las piezas y estuvimos jugando durante casi 3 horas sin que sucediera nada relevante. Preveíamos los movimientos del rival y retirábamos las piezas para no capturar y perderlas posteriormente. No sabíamos hacernos mate y cuando nuestros peones llegaban al final, ambos tomábamos la dama u otra pieza, para que posteriormente siguiéramos haciendo el ridículo durante rato y rato. Finalmente, nos quedamos creo recordar que con los 2 reyes, tratando de hacernos jaque mate mutuamente sin saber que era imposible y que la situación era de tablas o empate. Eso es imposible que suceda en el othello, puesto que tenemos un tablero y las partidas tienen introducción, nudo y desenlace. Tenemos 30 movimientos (puede que menos) y las partidas tienen un momento final crítico que hacen del reversi un juego apasionante. Quieras o no, el juego termina. En el reversi el juego no dura más porque 2 jugadores no sepan jugar, al contrario; es incluso más apasionante.

También he jugado con otros jugadores al ajedrez que, sin saber éstos mucho, hacen que la partida apenas dure unos segundos. Me hacen mate en apenas 2 minutos. Al reversi incluso los jugadores que no sepan, van a poder mover durante el final del juego, aun estando todo perdido. Al menos, "pueden jugar". En el ajedrez yo juego para no jugar, para ver cómo me hacen mate rápidamente una y otra vez, o bien van devorando todas mis piezas sin que yo pueda hacer nada para evitarlo.

No comprendo la aceptación general que tiene el ajedrez así como la gran cantidad de jugadores que hay en todo el mundo. Es un claro ejemplo de lo que podría considerarse una mezcla entre suerte y lo que se conoce en economía como "externalidad de red". Hay 2 ejemplos perfectos que demuestran que económicamente hablando, las externalidades de red pueden ser negativas socio-económicamente hablando, pero a la vez muy utilizadas. El primer ejemplo económico es el euro. El euro es una moneda que no funciona bien por muchos motivos, y que implica una crisis bestial y un paro creciente en países como Grecia o España, sin embargo se mantiene porque la alternativa al euro, aparentemente es peor. El patrón oro durante los siglos pasados, no era tampoco un sistema económico perfecto. El sistema por ejemplo de monedas de plata,  implicaba que el descubrimiento de nuevos yacimientos de plata devaluara muchísimo las monedas, con la consiguiente crisis en los países que la defendían. Muchos economistas se hicieron cruces preguntándose cómo demonios sistemas económicos que podían quebrarse tan fácilmente, podían persistir durante tanto tiempo. La respuesta es sencilla: por economías de red. Los sistemas persistían por el simple hecho de que todos, o la gran mayoría de países, lo utilizaban. De manera que si querías comerciar con otros países (y era necesario hacerlo) debías pasar por el aro y aceptar ese sistema económico, a pesar de que no solo no era perfecto, sino que podía traer consigo graves problemas económicos. 

A nivel social, con el Facebook sucede parecido. Puede que no te guste Facebook, pero si quieres conectarte con tus amigos, debes utilizarlo. El Whats app es otro ejemplo, tal vez no te gusta comunicarte por esa vía, pero si no lo haces, muchos amigos tuyos lo harán y te quedarás excluído. Con el ajedrez sucede algo parecido: no es un juego especialmente brillante ni muy adictivo, pero como lo juega muchísima gente, termina por ser un juego muy popular. Tampoco digo que sea mal juego, pero tiene datos o conceptos psicológicos objetivos, que en mi opinión no lo hacen tan potente como el othello. (Los expondré más detalladamente en los futuros artículos).


Si atendemos a que el ajedrez lleva mucho más tiempo implantado que el othello (200 años al menos respecto de unos 40 en el caso del othello) nos puede dar una idea de que es posible que nos quede todavía mucho por hacer para difundir el juego. Es relativamente joven y no hay que perder la esperanza, es un juego muy conocido y me atrevería a decir que detrás del ajedrez es uno de los más jugados.

En el reversi, 2 jugadores que no sepan jugar porque acaben de aprender, se lo podrán pasar muy bien jugando entre ellos. En el ajedrez parece que te tengan que dar clases para enseñarte a jugar, en el othello eso no es necesario. Por ejemplo, en el ajedrez deben enseñarte a hacer mates. Dos jugadores que no sepan jugar en absoluto, se pueden aburrir jugando entre ellos, o bien ganará casi siempre el que tenga un nivel ligeramente superior. En el reversi la diferencia de nivel no es tan grande, un jugador que recientemente conozca el juego, tras jugar una cantidad relativamente grande de partidas, podrá tener un nivel lo suficientemente elevado como para plantar cara a jugadores expertos. Además las remontadas y  errores locos al final, lo hacen un juego único. En el othello más que en otro juego, no puedes descuidarte al final si no quieres ver como tu rival termina ganándote. En el ajedrez por ejemplo, una vez perdemos determinadas figuras, tenemos casi imposible ganar. Es cierto que hay algunas situaciones de mucha ventaja en el reversi donde no se puede perder, pero no es tan fácil llegar a tener esas situaciones de ventaja.

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