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viernes, 24 de mayo de 2019

La obsesión y la envidia



El otro día me di cuenta de un usuario de Youtube que se dedica a ir poniendo "No me gusta" a todos mis vídeos. Al principio estaba suscrito, pero más tarde se desuscribió para así continuar con su maldad de forma todavía más anónima. En realidad nunca me han convencido los botones de Me gusta o No me gusta. Creo que es más enriquecedor poner un comentario, aporta más información. Pero en esta pereza social en el que las redes sociales han transformado a las personas (o pretenden hacerlas tomar) por seres poco inteligentes, les ponen un botoncito para que desde el incómodo teléfono móvil donde presuntamente pueden (aunque en mi opinión en general no deberían) verse vídeos, puedan manifestar su opinión sin ni siquiera argumentar el por qué de la misma. Es bastante absurdo si lo pensamos lógicamente. 

Desde que mis padres me compraron mi primer ordenador, un 386 a finales de los 80. Recuerdo cuando tendría sobre 6 u 8 años de edad introducir comandos de forma confusa en mi antiguo ordenador, que por supuesto no operaba con Microsoft Windows. En el 95 creo que salió el primer Windows y vino a resolver ese problema: su sencillez, sus "ventanas" favorecían que cualquier usuario podía comprender en muy poco tiempo cómo funcionaba un ordenador sin tener para ello conocimientos técnicos avanzados. 

Los sistemas informáticos y teléfonos móviles han ido dirigidos hacia la misma dirección, y las páginas web o "aplicaciones" como Facebook o youtube han tratado de rizar el rizo y simplicarlo todo todavía más, a través de unos botones como "Me gusta" que no hacen más que propagar ese virus social y lícito de compartir vídeos que te gustan en las redes sociales de forma rápida y efectiva. Es positivo, en principio, para todos, puesto que el propietario del vídeo puede conseguir más visitas y el que lo ha compartido puede hacerlo de forma rápida y fácil. 

Pero no hay canal de youtube sin haters y como he comentado en otros vídeos, en el othello a algunos jugadores les sienta mal perder. Curiosamente; tras echar un vistazo a foros de ajedrez y curiosear páginas de juegos de las mismas, no veo un sector social de jugadores de ajedrez que estén tan en contra de los jugadores llamados "de élite". Yo no me considero como tal en el othello, pero sí que me parece llamativo que algunos jugadores de élite de othello hayan percibido cierta hostilidad por parte de jugadores más inexpertos. Como vengo diciendo, las explicaciones son varias y aquí voy a tratar de nuevo de sintetizarlas y de dar mi punto de vista. 

1- El artículo de la obsesión me viene ni que pintado para enlazar con lo que vengo comentando. La obsesión no es buena, y sí he detectado una acusación generalizada por parte de los "jugadores rabiosos" (dícese, de esos jugadores que insultan tras perder una o varias partidas") argumentando que somos "frikis" y tratando de acusarnos precisamente, de alguna manera, de ser jugadores obsesivos. La enfermedad mental en ocasiones,-sobre todo para estos individuos-, viene implicada directamente con esa insana obsesión. Es decir, su conclusión es infantil pero a la vez muy típica; Nosotros les hemos ganado al othello, sí, es cierto... pero ellos están sanos mentalmente, nosotros no porque nos pasamos el día jugando al othello y no tenemos otras aficiones. Tal vez nuestra afición sea el othello e incluso hacer otro tipo de cosas como es mi caso, pero no pretendía en este artículo contestar a dichas afirmaciones sino más bien explicarlas. Este sería el primer punto quizá a corregir para tratar de evitar que jugadores novatos sientan recelo de jugadores avanzados en el othello: no debemos transmitir la imagen de jugadores obsesivos, ni mucho menos alardear de ello. Cuestión de otro debate sería la libertad que algunos jugadores pueden tener de jugar al día 12 horas públicamente por ejemplo en Playok.

2- Quizá lo más importante en esto es de nuevo, una correcta fomentación del juego. Como he dicho: torneos donde no se respete a jugadores que vienen a participar, donde no haya cultura de juego, donde se cambien el número de rondas dependiendo del número de participantes o rivales que se ríen de sus oponentes tras ganarles, todo eso no fomenta para nada el juego. Premios al mejor debutante o al jugador revelación, hacen que estas situaciones queden mermadas de forma muy interesante y que se fomente el juego en un ambiente agradable dentro de un torneo. 

3- Tampoco hay que destacar que el othello es un juego de remontadas preciosas, pero que quizá no lo son tanto cuando las sufres tu en tus propias carnes. En el ajedrez está claro que si has perdido la dama vas perdiendo, en el othello muchas veces eso no está tan claro para jugadores principiantes. Yo creo que es uno de los factores que empuja a faltar al respeto por parte de jugadores principiantes o intermedios: consideran que un juego está ganado (y en ocasiones aciertan) pero se olvidan de que la grandeza misma del othello consiste en este tipo de remontadas apoteósicas, que por otro lado se pueden dar si tu rival es sustancialmente mejor jugador que tu. La posición del tablero muchas veces no está clara quién la va a ganar ni siquiera para los mejores jugadores del mundo, ¿cómo iban por tanto ellos a saber si ganan o no un juego por ejemplo en el movimiento 35? a veces es más cuestión de fe que de otra cosa, y algunos jugadores no son conscientes de que como vengo diciendo: los juegos contra jugadores buenos se hacen largos... muy largos. Debido a ello, no son pocos que ante esa situación de sentir que están ganando un juego y de repente perderlo (probablemente por un error suyo) responden peyorativamente.

4- Apuntalando el apartado anterior, las partidas a 1 minuto potencian el factor de las remontadas, del nerviosismo por el tiempo acabándose y de la necesidad imperiosa de ganar (aunque sea por suerte) de algunos jugadores novatos. No son malas personas, no creo que lo sean, de hecho su razonamiento tiene sentido psicológico como vengo comentando. Pero los juegos a 1 minuto potencian todavía más esa sensación de desasosiego que algunos jugadores sienten. No me ha sucedido en un juego ni probablemente en 10, sino en muchos más, jugar a 20 minutos y ver que voy a perder claramente... pero a menos de 5 movimientos del final, mi rival, (con más de 15 minutos para pensar) tildado y acostumbrado tenazmente a jugar rápido, mueve con velocidad y se equivoca en ese juego final. En ese momento, en el que yo sí me he tomado 10 minutos para jugar, gano el juego y la frustración se hace visible en mi rival porque es consciente de que ha perdido el juego por jugar rápido al final. ¿Es culpa mía? pues para muchos, sí, es culpa mía por ejercer mi derecho en Playok de abrir un juego a 20 minutos. No son pocos que me han dicho que les he distraído por abrir un juego tan largo y no dudan en retarme a jugar a 2 o 3 minutos. Mi posterior negativa a jugar ese tipo de juegos no fundamenta más que su intranquilidad y su hostilidad hacia mi.

No es difícil deducir por tanto, que este perfil de jugadores no se van a sentir cómodos jugando un torneo. Algunos jugadores de élite del othello consideran que deben ser respetados por su condición, pero creo que es incorrecto pensar así. Si miramos de nuevo al ajedrez, es cierto que no se observa tal hostilidad por ejemplo con los mejores jugadores, aunque tampoco es una cualidad buscada o deseada por ellos mismos. El othello es simplemente diferente y por eso mismo debemos hacer todo lo posible por fomentarlo, evitando faltar al respeto en todo momento a los jugadores con los que nos enfrentamos. Ya he comentado en alguna ocasión que algunos jugadores incluso se molestan si les damos consejos.

Volviendo a mi canal de youtube, creo que no hay ningún vídeo en el que haya pedido Me gustas o que alguien se sucriba, aunque según comentan los que lo hacen, se consigue el objetivo deseado. Me parece todavía más absurdo que por pedir una sucripción, alguien que no lo fuera a hacer igualmente vaya a hacerlo. En cuanto a los haters, todos los canales de youtube tienen unos cuantos. Desde el momento en que publico vídeos de los que me insultan, puedo ser objeto de su venganza, pero también lo puedo ser desde el momento en que les gano un juego. El miedo a sufrir represalias virtuales por parte de ciertos individuos como he comentado en otras ocasiones, sustenta la decisión de algunos jugadores populares (y muy buenos) de no revelar sus datos personales cuando juegan por internet. Esconderse no me parece la manera correcta de actuar, aunque es respetable. Sospecho que también hay algo cultural en todo esto, pues de mis partidas de othello Japan no he visto conductas antideportivas como puedan ser las faltas al respeto, que por otro lado están presentes hasta en deportes muy populares como el fútbol. Evidentemente, eso no justifica que no se deban corregir y reducir a cero. 

Así que un mayor esfuerzo en fomentar el othello debería estar garantizado, sin esconderse, tratando de comprender a esos jugadores que juegan juegos rápidos y que están nerviosos y teniendo paciencia con los que están aprendiendo en el juego. El othello es un deporte mental maravilloso porque tiene estas pequeñas cosas que hacen que te apasione o te frustre perder. En mi caso le echaba la culpa al juego, así que yo mismo ni siquiera era consciente de que era culpa mia. Cuando empecé a jugar y me remontaban juegos mi conclusión era: "es que en este juego las fichas están posicionadas de manera que no puedo preveer nada y me gana por suerte o por tiempo o porque el juego es rarito" Conclusión: No jugaré más al othello. Esa era mi idea al principio. La idea de otros jugadores es: "me ha ganado porque es un friki", "me ha ganado porque se obsesiona", pero tanto yo como ellos, estábamos equivocados. Hay que saber disfrutar y jugar, y no solo al othello sino a cualquier juego. Lo tengo claro y aunque sea un tópico: un cuerpo y mente cansados no podrán disfrutar al 100% ni del othello ni de otros juegos. La demagogia que apoya la tesis de quienes en ocasiones faltan al respeto argumentando que somos jugadores obsesivos, no debe ocultar que tienen parte de razón al confesar que la obsesión es algo negativo. Debemos por tanto, evitar dicha obsesión, tratar de controlarla, atajarla y si no es posible disimularla en la medida de lo indispensable. La imagen que damos a nuevos jugadores también es muy importante. Trato de que la mia sea positiva en Playok donde de 100 jugadores online apenas un 10% jugamos juegos a más de 15 minutos. Pero jugadores como Nominosukune o yo, creo que más bien al contrario, (no por estar en inferioridad numérica) contribuimos de forma muy positiva a fomentar un juego sano y amigable. Tal vez como yo en su día con Attasan, me di cuenta de que en realidad disfrutaba más jugando a 10 minutos que a 5, otros jugadores se den cuenta de que jugando a 20 minutos, pueden tomarse tranquilamente un refrescto, ir al baño o pensar jugadas que de otro modo ni se les ocurriría a 1 minuto. No voy a obviar el hecho de que yo gané a Attasan en dicho juego, pero perdí antes muchos otros, así que al final en los juegos largos, (como en el othello en general) debemos darnos cuenta de que no es tan importante ganar o perder sino disfrutar un rato jugando a un juego y haciendo jugadas que van a hacer interaccionar el cerebro de nuestro rival de un modo u otro.

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