En esta segunda serie tenemos otros cuantos puzzles quizá un poco más complicados que en el anterior episodio. La característica de esta serie de problemas son los pocos movimientos que nos quedan para terminar el juego, lo cual refleja lo que venía comentando en anteriores capítulos: 10 minutos para pensar en el juego final pueden no ser suficientes. De ahí que muchos jugadores traten de jugar rápido durante las aperturas para así poder disponer de cuanto más tiempo al final, mejor.
También entra la picardía de muchos otros jugadores, tratando de variar la apertura para que el rival no se sienta cómodo y pierda por tanto más tiempo al inicio. Hay muchas estrategias de juego distintas llegados a este nivel y acertar con la buena no siempre es fácil. Quizá con algunos jugadores nos irá bien utilizar una y con otros otra.
Aun así hay que reconocer que esta serie de problemas son algo más sencillos de resolver que problemas de Othello Japan, aunque claro está, hay menos movimientos disponibles y por tanto podemos acertar de casualidad más veces. No obstante sigo pensando que es difícil sacarlo a la primera. Este tipo de problemas hacen del Othello un juego relativamente aleatorio, de manera que el mejor jugador del mundo no tiene fácil repetir su gesta, puesto que tiene que lidiar a menudo con situaciones como las que podemos ver en el vídeo.
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